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En su día, representaron el 29% de las viviendas de dos plantas. Presentan una mejor factura que otras viviendas tradicionales que se manifiesta en la extraordinaria obra de cantería en paredes y muy especialmente en los esquinales y vanos; el mayor tamaño de la cocina en la que destaca la presencia de una gran campana que cubre todo el hogar; la existencia de un gran salón en la planta noble con la que comunican otras alcobas y dependencias; grandes patios a los que se accede por una portada de arco de medio punto protegida por un alpendre de madera con cubierta de pizarra; la utilización de elementos decorativos en los cercos de las ventanas, generalmente placas colgantes de piedra; escaleras interiores que parten del zaguán en unos casos y en otros del patio; sus grandes dimensiones, ya que la media supera los 400 metros cuadrados; escudos labrados en piedra con las armas de sus linajes en las paredes que dan a la calle principal; y la característica más importante: amplios patios y corradas interiores hacia los que vuelan corredores que recorren una o varias crujías y al que dan todas las dependencias: la vivienda, los almacenes, cuadras, caballerizas y pajares. Era frecuente que estas casonas destinasen las partes con dos alturas a vivienda, mientras que las de una planta, a cuadras, almacenes, tendejones y pajares.

El mejor conjunto de casas y casonas tradicionales de dos plantas se encuentran en Anllares, muchas de ellas fueron casas solariegas de vínculos y mayorazgos, casas y casonas, que sin excepción alguna se adaptan a las características descritas anteriormente.

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Fuente: Páramo del Sil. Historia, Arte y Sociedad de un Municipio.