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22 Noviembre 2024
Como en todas las sociedades antiguas preindustriales las clases medias y pudientes disponían de dos trajes de vestir, uno reservado para los días de fiesta y otro para los días de diario. A través de los inventarios postmortem se ha podido comprobar que no había una gran diferencia entre las prendas de uno y otro traje tanto en el número y variedad como por su coste. Así por ejemplo en el siglo XVIII un traje de vestir festivo usado se venía valorando en unos 100 reales mientras que el de diario en uno 75, esta diferencia de 25 reales para la época no era nada despreciable, ya que suponía en la mitad de los haberes y salarios de un labrador durante 12 semanas.
El traje femenino
El traje de fiesta femenino, formado por un manteo de sayuelo, un justillo de Palsiana, una mantellina negra, un mandil de sempiterno y un pañuelo de Ruán, podía llegar a valorarse en 100 reales en el año 1786, en comparativa uno cotidiano, solían ser de color pardo, podía tasarse en 50 reales. En el año 1781se llegaron a tasar: un sayo de fiesta llano en 33 reales, una mantellina negra de fiesta en 100 reales, un rodao de paño fino de fiesta en 12, un jubón de Prusiana en 12 y otro de sempiterna en 8, además de una saya de pardo en 12.
El traje masculino
En cuanto al atuendo masculino, en el mismo año de 1781, encontramos datos de tasación de una chupa, un calzón, unos botines, unas medias, una almilla, y unas calcetas por 168 reales. El mismo presbítero había dispuesto en vida, además de otras prendas de vestir, de un sombrero de castor, valorado en 20 reales, una chupa de Segovia, que dejó casi nueva, y una casaca de Segovia, tasadas en 160 reales, y una capa vieja, en 20 reales.
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Fuente: Páramo del Sil. Historia, Arte y Sociedad de un Municipio.