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La mayor amenaza para el ganado en una zona montañosa como el municipio de Páramo fue el lobo. Para evitar que este animal atacara los rebaños, los pueblos llevaron a cabo ciertas prácticas, una de ellas fue la del calecho.

Se trataba de atraer al lobo a una trampa utilizando de cebo a un cordero o una oveja que estaba atado a una estaca. Dicha trampa estaba al final de un espacio cerrado por todos los lados, excepto por donde entraba el lobo, mediante muros de unos tres metros de altura formados por estacas o piedras. La alimaña cuando intentaba comerse al cordero o a la oveja caía en una trampa de la que no podía salir.

Esta costumbre dejó de practicarse en el siglo XIX, cuando se empezaron a utilizar otros sistemas como el uso de la estricnina y las batidas con armas de fuego. En 1889 el ayuntamiento de Páramo del Sil compró estricnina para matar a los animales que causaban estragos en los ganados, y en el año 1926 se solicitó al gobernador autorización para hacer una batida con el fin de aniquilarlos de los montes.

Estos nuevos sistemas acabaron no sólo con los calechos sino también con otras costumbres como la de talla de fieras, que consistía en que cualquier vecino que matase al lobo o cogiese una camada de lobeznos, recorría los pueblos de su contorno y al enseñar su botín los vecinos voluntariamente le daban un donativo.

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Fuente: Páramo del Sil. Historia, Arte y Sociedad de un Municipio.