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Una de los actos más tradicionales de todas las sociedades del Antiguo Régimen fue la celebración del filandón, y su uso llegó hasta mediados del siglo XX. En un principio eran reuniones nocturnas en la que participaban los jóvenes del lugar y que se celebraban en las cocinas de las casas mientras las mujeres hilaban o enristraban las cebollas. Se celebraban ciertos juegos mientras se contaban historias, cuentos, romances, leyendas, chismorreos o chistes, con el único fin de entretenerse sobre todo en las duras noches de inverno.

A la iglesia, sin embargo, estas reuniones en las que participaban jóvenes de ambos sexos, no le parecían adecuadas e intentó que se prohibiesen. De hecho, llegó a hacerse: en la sesión del ayuntamiento de Páramo del Sil del 5 de febrero de 1854 (y por lo visto por causas que tenían más que ver con el orden público que por la falta de moralidad) se prohibieron todas las reuniones teatrales llamadas filandones para evitar escándalos nocturnos y la persona que las consintiera en su casa sería multada con 100 reales y 8 días de cárcel mantenidos a sus expensas. Esto solo por la primera amonestación.

Al final, los filandones dejarían de realizarse, pero no por las presiones ni amenazas de la iglesia y de las autoridades municipales, sino por la aparición de los salones de baile, por las nuevas formas de divertirse y entretenerse de los jóvenes y, sobre todo, por la televisión.

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Fuente: Páramo del Sil. Historia, Arte y Sociedad de un Municipio.